Los médicos homeópatas
hemos recibido una formación médica y clínica como todos los médicos. Añadido a
esto tenemos una formación en el uso y manejo de otra herramienta, en
muchísimas ocasiones mucho más eficaz que los medicamentos “clásicos”
aprendidos en la universidad. Nuestra mente funciona en las dos direcciones,
siempre valorando la forma de ayudar más y mejor al paciente que tenemos delante. Por un
lado tenemos los conocimientos habituales de un médico y por el otro estamos
especializados en esta potentísima terapéutica de más de 200 años de
antigüedad.
Los principales motivos
de los pacientes españoles para usar la Homeopatía son la ausencia de efectos
secundarios, su eficacia y la posibilidad de usarlos durante el embarazo.
¿Quién viene al
Homeópata? Pues personas con todo tipo de dolencias, desde recién nacidos hasta
los de muy avanzada edad.
Entre los primeros, los
niños, consultan por problemas de piel (dermatitis, eczemas, piel atópica),
episodios repetidos de vías respiratorias altas (costipados, otitis,
laringitis), o de vías bajas (bronquitis, asma, neumonías). También nos
consultan por gastroenteritis repetidas, cuadros abdominales, intolerancias
alimentarias, mala asimilación, diarreas… Trastornos del sueño, la
dentición, los cólicos y en muchas ocasiones cambios de carácter y problemas en
el rendimiento escolar.
Cada paciente tiene el
privilegio de ser diferente y por ello hay que buscar un tratamiento adecuado a
cada uno, ajustado a sus dolencias y a cómo las vive y padece.